viernes, 8 de diciembre de 2017

Querido Diario, 8 de diciembre de 2017

Querido Diario:

Hoy, es día festivo y he librado en el Museo. Para los católicos hoy es la festividad de la Inmaculada Concepción. Y este es un buen momento de hablarte de este dogma según algunos cuadros del Museo. Es que esta temática se ha repetido durante los siglos, curiosamente, sin ser dogma oficial.

El culto a la Inmaculada Concepción empezó en el siglo XVII, a raíz de una polémica entre los defensores y detractores de esta devoción mariana que tuvo lugar en Sevilla en 1616. A partir de ese momento la ciudad hispalense se convirtió en un foco de concepcionistas que se difundió poco a poco por todo el país.

Y lo curioso de todo es que se declaró Dogma de Fe más de 235 años después de esa polémica. Este Dogma fue proclamado por el papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, con la Bula llamada "Ineffabilis Deus".

¿Que qué significa Inmaculada Concepción? Pues es muy sencillo, querido Diario, pero a la vez lioso. Me explico... mucha gente cree que la Inmaculada Concepción se refiere a que cuando concibió a Jesús en su seno fue "sin conocer varón" y limpia de pecado, si fuese pecado concebir, claro. Pero ese no es el significado correcto. El Dogma de la Inmaculada Concepción establece que María, ella, fue concebida sin mancha de pecado original, que es muy distinto a la idea anterior.

Es más, el Papa, en su Bula con nombre complicado, lo dice claramente. Te copio el texto original para que lo comprendas mejor, querido Diario.

"Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente en previsión de los méritos de Cristo Jesús, Salvador del genero humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios, por tanto, debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles".

Bueno. Como comprobarás, querido Diario, te he puesto una fotografía con tres cuadros.

El primero se titula, como no, La Inmaculada Concepción, y lo pintó Francisco de Zurbarán entre los años 1628 y 1630. Es el cuadro más antiguo que tiene el Museo sobre esta devoción.

Se ve a una Virgen María niña y estática sobre una media luna y, curiosamente sobre lo que estamos acostumbrados a ver, no aparece rodeada de cabezas de ángeles. La Virgen está con las manos unidas en oración y rodeada por los símbolos de las letanías que recuerdan las virtudes que la acompañan. Estos símbolos son: Puerta del Cielo, Torre de David, Casa de oro, Espejo de justicia, Estrella de la mañana y un sexto que no aclaro de verlo bien.

¿Que por qué está sobre una media luna? Pues porque es una cita de la Biblia, querido Diario. Para ser más exacto, del libro del Apocalipsis, escrito por San Juan (Ap 12, 1). Y dice así:

"Un gran signo apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza".

Fíjate bien, querido Diario, que la Virgen, en este cuadro va vestida, no del sol, sino con una túnica rosa y un manto azul verdoso. Luego verás el porqué te digo que te fijes en este detalle. Es cierto que no va vestida del sol, pero se aprecia perfectamente que está iluminada de tal manera que parece que la Virgen misma es el propio sol.

El segundo cuadro se titula La Inmaculada del Escorial porque se pintó, como su propio nombre indica, para ser colocado en la iglesia del Monasterio del Escorial. Lo pintó Bartolomé Esteban Murillo entre los años 1660 y 1665.

En este cuadro se ve a la Virgen María joven, pero no tan niña como la de Zurbarán. Ya no tiene esos símbolos de la letanía porque los consideraba arcaizantes, es decir, antiguos. Vemos a la Virgen pisando la media luna  y siendo elevada al Cielo por unos ángeles niños rodeada de una atmósfera de nubes. Este cuadro combina dos temas: la Concepción de la Virgen María y la Asunción en cuerpo y alma al Cielo. ¿Te acuerdas qué te dije el 2 de diciembre? Asunta... que es ayudada a subir al Cielo, a diferencia con la Ascensión, que es ascender "solo", sin ayuda.

Ahora fíjate en el color de la ropa de la Virgen. Ya es el que todos reconocemos, túnica blanca y manto azul. Y es que Murillo fue el que decidió e "impuso", sin saberlo ni quererlo, que las futuras Inmaculadas se pintaran con esos colores.

A Murillo de gustó mucho este tema de la Inmaculada Concepción, aparte de que lo bordaba, claro. No se sabe cuántos cuadros pintó sobre esta temática, pero sí sé que el Museo del Prado tiene cinco cuadros sobre la Inmaculada pintados por don Bartolomé Esteban... Murillo para los amigos.

Y el tercer cuadro se titula... chan, tatachán...

-La Inmaculada Concepción.

¿Cómo lo has acertado, querido Diario? Pues sí, se titula La Inmaculada Concepción y lo pintó Francisco de Goya y Lucientes entre los años 1783 y 1784.

Sí, querido Diario, Goya también pintó temas religiosos. Este es un de ellos, pero tiene algunos cuadros más. No muchos, pero alguno. Ya te lo comentaré otro día.

Este cuadro es un boceto para más tarde pintar otro más grande para el altar mayor de la iglesia del Colegio de la Inmaculada de la Orden de Calatrava, en la Universidad de Salamanca. Pero este cuadro ya no podemos contemplar porque fue destruido en la Guerra de la Independencia, entre los años 1808 y 1812.

Vemos a la Virgen María que está rezando, como los demás cuadros, y pisando la media luna, rodeada ésta por unos ángeles. Y si te fijas bien, querido Diario, uno de los ángeles, el de nuestra izquierda, tiene en las manos un lirio, que es el símbolo de la pureza... Inmaculada... in-mácula... sin mancha.

Lo que diferencia este cuadro de los otros es que Goya pintó sobre María a Dios Padre queriendo abrazar a la Virgen, la mujer que sería, y es, madre de su hijo Jesucristo, Dios Hijo, por medio de Dios Espíritu Santo.

Y, fíjate bien, querido Diario, que lleva las ropas según marcó tendencia Murillo, como en las pasarelas de moda actuales.

Ahí lo dejo, querido Diario.

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