Querido Diario:
Hoy ya puedo decir que estoy de vacaciones. Pero no te preocupes porque no me voy a olvidar de ti. Lógicamente no podré contarte lo que me ha sucedido en el día, pero sí tengo muchos recuerdos anotados para ir contándotelos poco a poco.
Por ejemplo, recuerdo que hace varios días llegué cansadísimo a casa y, la verdad, no me apetecía nada escribir. Soy así de sincero.
¿Que por qué llegué cansadísimo? Pues simplemente porque me tocó de relevos, que ya te expliqué lo que eran el 2 de diciembre. Pues esta vez me tocó vigilar diecisiete salas... pero no todas a la vez, que uno puede ser bueno, pero no para tanto, jejeje.
Y entre tantas, me tocaron vigilar las de El Greco. Y estando en ellas, un señor, después de recorrer las salas, se me acercó.
-¿El Greco?
-Buenas tardes, los cuadros de El Greco están en estas tres salas.
En fin, seguramente le habrían dicho que fuera a ver a este pintor sin conocerle de nada. Porque hay que reconocer que El Greco tiene una pintura muy peculiar, como para no saber qué pinturas son suyas y cuáles no.
También te tengo que decir, querido Diario, que el Museo entrega gratuitamente unos planos para que la gente se oriente. Pero, ¿verdaderamente se orientan? Vale, entiendo que yo he estudiado delineación e interpreto los planos con mucha facilidad. Pero, una cosa es una cosa y otra cosa es otra. Es que, estando en las salas de El Greco se me acercó una chica de veintitantos años largos con el plano en la mano.
-Perdone, ¿El caballero de la mano en el pecho?
-En el plano que tiene pone que está en la sala 8B. Es esa.
-¿Y La Adoración de los pastores?
-Aquí pone que está en la sala 10B. Es aquella.
-¿Y Caravaggio?
-Vamos a ver... aquí pone que está en al sala 6. Según sale de esta sala, a la izquierda. Tercera sala.
-¿Y...?
Y... me marché mientras buscaba otro cuadro en el plano para preguntarme. Vale, estamos para ayudar en lo que se pueda, pero no podemos perder tiempo en indicar dónde están todos los cuadros, porque mientras lo hacemos, alguien puede hacer cualquier cosa a una pintura y nosotros no darnos cuenta. Y nuestro principal trabajo no es ser un punto de información, que lo tenemos que ser, pero escuetos, sino que es velar por la seguridad de las obras de arte expuestas en las salas a nuestro cargo.
¡Ah! Sobre el tema de las fotografías me pasaron dos cosas curiosas... por llamarlas de alguna manera, claro.
-Perdone pero no se puede grabar en el Museo.
-No estoy grabando a las obras, estoy grabando a los niños.
-Ya, pero está grabando y está prohibido hacerlo dentro del Museo.
Por no decirle que su niño, por el mero hecho de que le estaban grabando, casi toda un cuadro. Pero, bueno, a veces viene bien callarse algo, porque al final, el vigilante es un intransigente y un mal educado.
Lo que sí fue gracioso, querido Diario, es que vi a dos chicas, jóvenes, de unos dieciocho años haciéndose un selfie.
-Perdonen,...
-Sorry.
-... no se puede hacer fotos.
O sea, que me pedís disculpas sin saber qué os voy a decir. Eso solo significa una cosa, que sabíais que no se podía hacer fotos y que os he pillado con las manos en la masa... digo... en la cámara. Luego me estuve riendo por dentro un buen rato por la cara que pusieron cuando me acerqué a ellas.
Bueno, te voy a hacer una pregunta, querido Diario, a ver si la aciertas... ¿Cuántas esculturas de El Greco tiene el Museo? Me refiero no a las esculturas sobre El Greco, sino a las que él hizo, las que él talló.
Ehhh!!! Te he pillado. Esta es una de las preguntas que cayeron en el examen de la oposición. Pues la respuesta es... dos.
Cuando las ves, al primer impacto, te crees que son Adán y Eva, pero qué pintaba Adán con un gorrito en la cabeza y una especie de jarrón en la mano. Por lo menos uno de los dos tendría que tener una manzana. Pues no la tienen porque no son ellos, sino Epimeteo y Pandora. Estas esculturas de madera policromada las hizo Doménikos Theotokópoulos, más conocido por El Greco, entre los años 1600 y 1610. Son relativamente pequeñas... Adán... digo... Epimeteo mide 44 centímetros de altura y Pandora es más pequeña, de 43 centímetros.
¿Que quiénes son estos buenos señores? La verdad es que es un señor y una señora... y pareja con una hija.
Según la mitología griega, Epimeteo era hermano de Prometeo. Los dos actuaban como benefactores de la humanidad. Prometeo era ingenioso e inteligente y Epimeteo, nuestro protagonista, se le representaba como el tonto de los dos. Epimeteo se unió a Pandora y tuvieron una hija, Pirra, que unida a Deucalión fueron los padres del género humano después del gran diluvio.
Pero, entre nosotros, querido Diario, se conoce algo más a Pandora que a su pareja. Y es que según el libro "Trabajos y días", del poeta Hesíodo, los hombres eran libres de fatigas y enfermedades, pero Pandora abrió un ánfora que contenía todos los males, liberando todas las desgracias humanas. Hesíodo dice que el ánfora se cerró justamente antes de que saliera la esperanza.
Pero hay "otra versión de los hechos", querido Diario. Y dice que en realidad, el ánfora contenía bienes y no males. Y cuando se abrió, los bienes regresaron a las mansiones de los dioses y los hombres se quedaron afligidos por los males. Y lo único que pudieron conservar era la esperanza.
Dicho lo dicho, una pregunta de Trivial puede ser: ¿Cuántas esculturas talló El Greco? Respuesta, dos.
Ahí lo dejo, querido Diario.
(Fotografía de las esculturas Epimeteo y Pandora - 1600-1610 - de Doménikos Theotokópoulos, el Greco).
No hay comentarios:
Publicar un comentario