Querido Diario:
Voy a estar unos días de vacaciones, pero eso no quita para que te escriba sobre notas que tengo en mis papeles de cosas que me pasaron en otro momento, o sobre lo que se me ocurra, relacionada con el Museo, claro.
¿Y sabes, querido Diario? Aunque esté de vacaciones, mi puesto en las salas está asegurado porque el Museo prevé estos días de descanso y nos sustituyen otras personas. Ahí entra las personas que estamos en la bolsa. Y a mí me sustituye en estos días mi compañera Pilar.
Y hoy me tocaría vigilar la sala 39... es una sala de Pintura Francesa que suele ser muy muy muy tranquila, porque está en medio de la nada. Y suele ser una de las salas preferidas por los vigilantes de sala para descansar después de una jornada anterior ajetreada... bueno, creo que ya te hablé de ella el 26 de octubre.
Y pensando sobre esta sala, me acuerdo una discusión, sin sangre, claro, con un compañero, Jaime, sobre qué cuadro expuesto es el más largo. Yo decía que era el cuadro Alegoría de la donación del Casino a la reina Isabel de Braganza por el Ayuntamiento de Madrid, que pintó Vicente López Portaña en el año 1818, que está en la sala 39. Y él decía que era el cuadro Degollación de San Juan Bautista y banquete de Herodes, que pintó Bartholomäus Strobel el Joven entre los años 1630 y 1633, y que se puede contemplar en una sala que no tiene numeración oficial, pero que por su ubicación sería la 11B. Es la sala donde están los ascensores centrales, en la primera planta.
¿Que quién tenía razón? Buena pregunta, querido Diario. Tengo que reconocer que, en un principio, él tenía la razón... ¡¡¡Ohhh!!!
La pregunta era ¿qué cuadro expuesto es el "más largo"? Y la respuesta es Degollación de San Juan Bautista y banquete de Herodes... pero por poco.
Mi cuadro, Alegoría de la donación del Casino a la reina Isabel de Braganza por el Ayuntamiento de Madrid mide de largo 950 centímetros... nueve metros y medio de largo... casi "ná".
Y su cuadro, Degollación de San Juan Bautista y banquete de Herodes, mide 952 centímetros... dos centímetros más que mi cuadro. ¡¡¡Me cachis!!!
Eso sí, si la pregunta fuese ¿que cuadro es el "más grande"? Ahí nos referiríamos a la extensión, no solo a la longitud. Entonces en ese caso ganaría yo. Mi cuadro, la Alegoría, mide 620 centímetros de largo x 950 de alto. En total son 58,9 metros cuadrados. Y su cuadro, la Degollación de San Juan Bautista, mide 952 centímetros de largo x 280 de alto... total, 26,66 metros cuadrados... ¡¡¡Ganaría yo!!!
Pero, claro, soy como soy y, lo siento, no puedo dar mi brazo a torcer, metafóricamente hablando... la pregunta era ¿qué cuadro "expuesto" es el más largo? No dijimos dónde tenía que estar expuesto. Vale, el cuadro tenía que pertenecer al Museo del Prado, eso está claro, pero no especificamos en qué edificio del Museo... podría estar en el edificio Villanueva, que es la parte del edificio más antigua, o en el edificio Jerónimos, que es la parte moderna... o podría estar en otro edificio del Museo, exento al Museo...
Y todo este rollo para decir que "ni pá ti ni pá mí"... el cuadro más largo del Museo no es ninguno de esos dos, de los que te hablé antes, querido Diario, sino que es la Bóveda con la Alegoría del Toisón o Apoteosis de la Monarquía Española, que pintó Luca Giordano hacia el año 1697. Y no está en el edificio que se conoce como Museo del Prado, sino que está en otro edificio, aunque perteneciente al Museo del Prado... en resumen, está en la bóveda del antiguo Salón de Embajadores del Palacio del Buen Retiro... lo que nosotros llamamos con el nombre del Casón del Buen Retiro. Es una pintura al fresco, por lo que no se puede mover de ahí... pero pertenece al Museo del Prado.
Este fresco mide, ni más ni menos, que 21 metros de largo x 14 de ancho... indiscutiblemente es la pintura más larga que tiene el Museo.
En fin, que ni mi compañero Jaime ni yo habíamos acertado.
¿Qué dices, querido Diario? ¿Que te estoy liando? ¿Palacio del Buen Retiro, Casón del Buen Retiro,...? Que quieres que te lo explique. Pues, empecemos...
Entre los años 1556 y 1559, el rey Felipe II pidió al arquitecto Luis de Vega que creara un "cuarto real" en torno a la iglesia de San Jerónimo, para que él, el monarca, pudiera retirarse durante los periodos de Cuaresma, penitencia o luto.
Unos setenta años después de la construcción de este Cuarto Real, en 1629, el rey Felipe IV, por sugerencia del Conde-Duque de Olivares, que era su Valido, decidió ampliarlo, utilizando los terrenos que le cedió el propio Valido junto al Convento de San Jerónimo.
Las obras comenzaron en 1630 bajo la supervisión del arquitecto Alonso Carbonell. En un principio solo se iba a dotar el Cuarto Real de habitaciones para la reina, pero en 1632 se decidió construir un gran palacio que sirviera de lugar de descanso y entretenimiento de los reyes, para que, según palabras del propio Felipe IV, "yo y mis sucesores pudiésemos, sin salir de esta corte, tener alivio y recreación".
Cuando se terminó de construir este palacio, este real sitio cambió su nombre... de Cuarto Real de San Jerónimo pasó a llamarse Casa Real del Buen Retiro.
Al final, el conjunto arquitectónico contó con más de veinte edificios, con jardines, estanques y fuentes.
Entre las distintas estancias de este palacio, las más significativas fueron la planta principal de la antigua ala norte, en donde se ubicaba el Salón de Reinos, el salón de baile o Casón y el teatro o Coliseo, que era de planta ovalada.
Esta Casa Real del Buen Retiro sirvió como residencia de recreo, o retiro, de ahí su nombre, de los reyes Felipe IV y Carlos II. Los dos primeros soberanos de la familia Borbón, es decir, Felipe V y Fernando VI, lo usaron como residencia oficial. Pero bajo los reinados de Carlos III y Carlos IV el palacio fue perdiendo importancia.
Durante la Guerra de la Independencia fue seriamente dañado, y en tiempos de Fernando VII casi todo el complejo palaciego fue demolido, quedando en pie solamente el Casón y el ala donde se ubicaba el Salón de Reinos. Así, el palacio del Retiro perdió su carácter de residencia regia, y sus terrenos se convirtieron en amplios jardines, que sirvieron de lugar de experimentación para los arquitectos que pudieron trabajar sobre ellos.
Finalmente, en 1868 un Decreto del Gobierno provisional transfirió el Real Sitio del Buen Retiro al Ayuntamiento. De todas formas, ya solo quedaban los jardines, muy modificados por los arquitectos experimentadores, el Casón y el ala del edificio que alberga el Salón de Reinos.
Y todo este rollazo, querido Diario, es solo para comentarte que la pintura al fresco de Luca Giordano está en la bóveda del antiguo Salón de Embajadores del Casón del Buen Retiro. Actualmente en este edificio se ubica la biblioteca del Museo del Prado, y en el Salón de Embajadores está la sala de lectura... impresionante.
Merece la pena ir a leer algo, aunque sea simplemente para ver la bóveda. Reconozco, querido Diario, que solo he ido una vez allí, a estudiar,... pero estudié poco... me quedé anonadado, y con tortícolis, mirando hacia arriba, hacia el techo, observando la preciosidad de obra de Giordano.
Sobre la decoración de la bóveda, te puedo decir que representa la apoteosis de la monarquía española.
Luca Giordano utilizó una iconografía repleta de símbolos, personajes históricos y mitológicos, todos relacionados con la monarquía hispánica. Quería mostrar así su antigüedad, su potencia militar y su primacía entre las casas reales europeas.
La escena más conocida es la que da nombre al conjunto. Si miras a la fotografía que te he puesto, querido Diario, está en el centro, abajo del todo... se ve a Hércules entregando el vellocino al Duque de Borgoña, Felipe el Bueno, para que lo coloque en el collar de la orden.
Esta escena se completa en su parte superior con un grupo de personas que representan el escudo de los territorios sometidos a la Casa de Austria: los reinos de Castilla y León, Aragón, Sicilia y Granada y, más abajo, Austria, Borgoña (antigua y moderna), Brabante, Flandes y Tirol.
Y si te fijas bien, querido Diario, encima de este grupo-escudo hay una especie de arco... representa la Corona Real, que acoge al sol en su interior. Y a ambos lados de esta corona, hay dos ninfas, una, la de la derecha, portando una diadema, que simboliza la Realeza, y la otra lleva una rama de olivo, que representa la Paz.
Encima de esta "corona" se ve un círculo, que representa la bóveda celeste, en la que se aprecian varias constelaciones: Géminis, Argos, Tauro, Leo, Draco,...
A continuación, se ve el Parnaso con los dioses del Olimpo, presididos por Júpiter. Y sobre él vuela un águila, que es el símbolo con el que se asocia.
Ahora, querido Diario, tendrías que dar la vuelta a la fotografía para ver bien lo que te voy a explicar. ¿Ya lo has hecho? ¡Bien! Continuo...
Luca Giordano representó a España a través de una figura femenina que tiene en su mano derecha los cuatro cetros de sus reinos. A sus pies, a la derecha, se ven unos señores con las manos atadas en la espalda... representan los pueblos de diversos orígenes y religiones que se someten "mansamente" a la autoridad de España.
Y aunque no se aprecian bien en la fotografía, la herejía, representada por un dragón, el poder temporal, por un león con cetro, los reinos sometidos, representados por armiños y coronas, y las riquezas ganadas en las campañas militares, por monedas, joyas y objetos de oro y plata, también están a los pies de España.
Y si te fijas bien, querido Diario, a la derecha de España hay un angelote que tiene una cartela entre sus manos. En ella se puede leer OMNIBUS UNUS, que quiere decir en español Uno para todos.
En fin, solo te he explicado la zona central, pero esta bóveda tiene muchos más detalles para comentar, pero creo que ya es suficiente por hoy. Espero que no te hayas mareado con tanta vuelta de fotografía.
Ahí lo dejo, querido Diario.
(Fotografía de la Bóveda con la Alegoría del Toisón o Apoteosis de la Monarquía Española - hacia 1697 -, de Luca Giordano, que se puede contemplar en la Sala Luca Giordano del Casón del Buen Retiro).
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