miércoles, 18 de abril de 2018

Querido Diario, 18 de abril de 2018

Querido Diario:

Hacía mucho tiempo que no me tocaba vigilar la sala 12, la sala de Las Meninas... pues hoy ha sido.

Y me he sentido como si estuviera en el parque... un chico comiendo frutos secos tirándolos hacia arriba y cazándolos con la boca, una chica joven peinándose mirándose en el móvil, una mujer delante de Las Meninas pintándose los labios, otra dándose crema en las manos, niños corriendo alrededor de los padres y estos mirándolos divertidos, un oriental haciendo estiramientos o tai chi,  no sé muy bien, delante de un cuadro,... lo normal en un Museo, digo yo. No sé si se me nota el tono irónico. En fin, no hablo de normativa, sino de sentido común.

Pero, bueno, no todo ha sido ver cosas "curiosas"... también las he oído...

-¿Me puede decir dónde están los aseos más cercanos?

-Saliendo por esa sala, a la derecha hay una escalera. Tiene que bajar dos tramos y ahí están los aseos más cercanos.

-Tengo que subir dos tramos.

-No, no. Tiene que bajar dos tramos.

-Ya, si le he entendido. Pero luego tengo que subirlos para volver aquí.

Y me he dado media vuelta, riéndome por adentro... por no llorar.

Además, hoy he descubierto que también tenemos que saber de historia. Te cuento...

Estando en la sala 12, la sala de Las Meninas y de muchos cuadros relacionados con la familia de Felipe IV, se me ha acercado un señor de unos cincuenta y cinco años y me ha preguntado...

-¿Dónde está la sala de los Borbones de Velázquez?

-Bueno... es esta sala, la 12, pero no son Borbones, sino Austrias. Los Borbones llegaron a España en el año 1700 con Felipe V, y Velázquez era el pintor de Felipe IV, de la familia de los Austria.

No sé si ha sido una pedantería por mi parte, pero es que me ha salido así. Soy así de "especialito". De todas formas, los cuadros de la familia real pintados por Velázquez estaban en esa sala.

Y hablado de esta sala 12, la de Las Meninas, ¿de qué cuadro te crees que te voy a hablar? ¡¡¡PUES NO!!! Hoy voy a cambiar, jejeje. Hoy te quiero hablar del "hermano gemelo" del rey Felipe IV.

Y es que Velázquez pintó a Felipe IV en 1623. Y entre los años 1626 y 1627 pintó a El infante don Carlos y no, no era el hermano gemelo del rey, sino que era hermano menor... dos años menor. Eso, sí, tienen tanto aire familiar que podrían pasar por gemelos... es más, durante mucho tiempo se pensó que este cuadro representaba al propio monarca.

Don Carlos, como infante, no tenía asociada ninguna responsabilidad de gobierno. Por eso, como no tenía atributos con qué pintarle, Velázquez aprovechó para resaltar su elegante indumentaria a la vez que pintó detalles que en un principio podrían ser insignificantes, pero que dan al retrato, y al retratado, una distinción, como por ejemplo, la mano derecha, que sostiene un gran sombrero, o la mano izquierda, que apenas sujeta el guante que está a punto de caerse.

Pero, claro, no te puedo hablar del infante don Carlos, querido Diario, sin hablar de su hermano mayor, el rey Felipe IV.

Velázquez le pintó en 1623, cuando tenía dieciocho años. Y le retrató en una imagen austera, vestido de negro, de pie junto a un bufete. La mano izquierda se apoya sobre el pomo de una espada. Y detrás, en el bufete, descansa un sobrero de copa. Estos dos artilugios, la espada y el sombrero, según los entendidos, "aluden a la administración de justicia y a la defensa de sus reinos". Y si te fijas bien, querido Diario, a la altura de la cintura le cuelga el Toisón de oro, que es el símbolo de su linaje. Y en la mano derecha sostiene un papel, que hace referencia a sus responsabilidades administrativas.

Pero la historia de este cuadro no terminó en 1623... después de pintar a su hermano don Carlos, Velázquez volvió a trabajar en este cuadro del rey en 1628, cambiándole la cara al monarca, actualizándolo a su edad, veintitrés años.

Y me imagino que te habrás dado cuenta, querido Diario, que el rey tiene "tres piernas"...

Bueno, eso se llama "arrepentimientos" del pintor, es decir, las modificaciones que se hacían si lo que habías pintado no te gustaba. Normalmente se tapaban con una capa de pintura gruesa y no se notaban, pero Velázquez los cubría con "veladuras", que eran capas muy delgadas de pintura, que con el tiempo han perdido fuerza y se han ido transparentado, mostrando los arrepentimientos. Por eso se ve la "tercera pierna" del rey.

Es más, no solo la pierna derecha era un arrepentimiento... si te fijas bien, también modificó el vuelo de la capa.

Ahí lo dejo, querido Diario.

(Fotografías de los cuadros El infante don Carlos - 1626-1627 - y Felipe IV - 1623 y 1628 -, los dos de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, que se pueden contemplar en la sala 12).

2 comentarios:

  1. Hola , me gusta mucho tu blog , son curiosas tus anecdotas.
    Una manera distinta de ver el arte.

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