Querido Diario:
Anteayer fue un día muy importante para mí... mi hijo vino al Museo con su instituto. Y lo mejor fue que vinieron a las salas que yo estaba vigilando.
Y no es por comparar, ni por amor de padre, pero qué grupo más atento al profesor y con qué silencio escuchaban. No como otros muchos grupos de jóvenes que vienen al Museo. Y, lógicamente, he engordado siete kilos más de lo que estoy, pero de orgullo.
Es cierto que como buen joven que es, no ha hecho caso a su padre durante la visita. Ni yo lo esperaba. Simplemente cuando he pasado a su lado, "vigilando" a ese grupo, él me ha guiñado un ojo y ha seguido atento al profesor. Nada más. Y ha hecho bien. A mí ya me tiene muy visto y visitar el Museo no se hace todos los días.
Eso sí, después de la visita les han dado tiempo libre para que visitaran el Museo por libre y él ha venido a verme. Sin salir de mis salas, porque estaba trabajando, le he indicado dónde estaba el cuadro que más le gustaba antes de venir al Museo, los cuadros que más me gustan a mí, más cuadros de pintores que ha descubierto,...
Y ya en casa me ha dicho que le ha encantado el Museo y que quiere volver conmigo, un día que yo libre, para recorrer más salas que no ha podido ver por falta de tiempo. También me ha dicho que, aparte de su cuadro preferido del Museo, ha descubierto que le gusta Tiziano y que va a ser a partir de ahora uno de sus pintores preferidos.
También me ha dicho que le gusta menos mis cuadros preferidos, los de Maíno, porque son más detallista y a él le gusta más los trazos sueltos. Lógico, para gustos están los colores... y además me ha dicho que le gusta Goya. En fin, sin comentario. Repitiendo, para gustos están los colores... y también está Goya.
¡Ah! Que todavía no te he dicho, querido Diario, qué salas me han tocado en este mes. Pues son de la 7 a la 11... que son de la pintura europea y española del siglo XVII, José de Ribera y la primera época Velázquez, entre otros.
Pero hoy no te voy a hablar de ningún cuadro de mis salas, sino de su preferido antes de ir al Museo. Todavía no tengo muy claro si ahora ha cambiado de opinión. Pero no pasa nada...a día de anteayer, su cuadro preferido es, o era, El caballero de la mano en el pecho, pintado por Doménikos Theotokópoulos, más conocido por El Greco, hacia el año 1580.
Ahora entiendo por qué le gustó a mi hijo la pintura de Tiziano, ya que El Greco salió de su Candía natal para ir a Venecia, donde conoció y estudió la obra de Tiziano. Debe ser que la pintura brillante y colorista del veneciano le produjo un fuerte impacto y desde el principio asumió y pintó con el nuevo lenguaje pictórico aprendido en la ciudad de los canales, convirtiéndose en un pintor veneciano.
Sobre el cuadro, representa a un caballero de unos treinta años, vestido a la moda española de finales de los años setenta del siglo XVI. Lleva jubón de seda negra y gorguera blanca en el cuello. Lleva una cadena de oro unido a una medalla que se mete por dentro de la vestimenta, y una espada con empuñadura dorada. La figura está sobre un fondo neutro, de color gris perla con algo de marrón rojizo de la capa de pintura de la preparación del lienzo.
¿Sabes, querido Diario? En algún momento se pensó que podría ser un autorretrato, porque se ha considerado que el gesto de los dedos de la mano representaba una autoafirmación del pintor, aunque no está muy claro ese tema de los dedos juntos.
También se ha pensado que podría ser Miguel de Cervantes... mi paisano, o que podría ser Antonio Pérez, el secretario del rey Felipe II.
Pero últimamente los entendidos se inclinan en pensar que es Juan de Silva y de Ribera, el III Marqués de Montemayor, que era contemporáneo de El Greco y que fue nombrado por Felipe II Alcaide o Jefe Militar del Alcázar de Toledo y Notario Mayor del Reino.
Pero, sinceramente, yo me quedo con que podría ser mi paisano, el complutense Miguel de Cervantes. ¿Que por qué lo digo? Pues muy sencillo, querido Diario. Si te fijas bien, el buen hombre retratado tiene el hombro izquierdo más bajo que el derecho, con una posición algo "deforme". Y hay que pensar que Cervantes fue herido en el brazo izquierdo de unos disparos de trabuco. Por eso le llamaban El manco de Lepanto, aunque no perdió la mano, sino que se le quedó inservible.
Además, Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1547 y el cuadro se pintó hacia 1580... cuando Miguel tenía treinta y tres años. Y el hombre representado, como ya te he dicho antes, querido Diario, tendría unos treinta años. ¡¡¡Todo concuerda!!! Por eso yo creo, repito... YO creo que el retratado es Miguel de Cervantes.
Ahora solo falta saber si Juan de Silva y de Ribera, el III Marqués de Montemayor, fue también herido en el brazo izquierdo en alguna otra batalla.
Ahí lo dejo, querido Diario.
(Fotografía del cuadro El caballero de la mano en el pecho - hacia 1580 -, de Doménikos Theotokópoulos, El Greco, que se puede contemplar en la sala 8B).
Me gustan mucho las explicaciones que das de esas obras de Arte.. A ver cuando puedo volver a extasiarme con esas grandes obras de Arte.. Tus explicaciones animan a hacerlo... Gracias!!
ResponderEliminarGracias por tu comentario, querida "cotilla" Madrileña. Anima a seguir con este Diario.
EliminarEs casi imposible que el retratado sea Miguel de Cervantes porque en esa fecha, 1580, estaba preso en Argel. Fue el 27 de octubre de ese año cuando, tras cinco años y un mes de cautiverio, llegó a las costas españolas, a Denia. Los frailes trinitarios fray Juan Gil y fray Antón de la Bella pagaron el rescate al rey berberisco Hasan, que había comprado a Cervantes al pirata Dalí Munai. Los seres humanos eran mercancías entonces y ahora, simple lucro de las mafias traficantes de personas, fue un secuestro en el caso de Cervantes.
ResponderEliminarEl rescate pagado se cifra en 500 escudos de oro, una cifra exorbitante para la época. Además, Cervantes era en ese momento una persona absolutamente anónima y desconocida. Su vida fue durísima.
No es que yo sea un autoridad cervantina o sepa mucho del autor. Revisando un capítulo del Quijote he recogido esa información que describe Florencio Sevilla Arroyo, crítico literario y especialista en Cervantes. La obra en la que viene es el Quijote, editado por Castalia, 2000. Las notas y comentarios de F Sevilla son muy recomendables.
Ángel Aguado
Pues me parece que te tengo que dar la razón, querido "cotilla" Ángel. Exactamente, Cervantes fue liberado en octubre de 1580, cuando se pintó este cuadro. Y como bien has dicho, en esa época todavía no era un personaje conocido. Gracias por tu comentario.
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