domingo, 29 de octubre de 2017

Querido Diario, 29 de octubre de 2017

Querido Diario:

Siempre he dicho que lo mejor de este trabajo de vigilante de sala del Museo del Prado son los "posters" que tenemos en las paredes de la "oficina".

Pero otra de las mejores cosas buenas que tiene el Museo, además de los vigilantes, estaría bueno, es el Gabinete Médico, que está operativo mientras están las puertas del Museo abiertas para el público.

Te cuento lo que ha pasado hoy... hoy me ha tocado vigilar unas salas que están junto a la sala 12, la de Las Meninas. Y desde las 10:45 hasta las 11:15, durante esa media hora, la sala 12 se llena por completo de visitantes. Pues era las 11:05 cuando una oriental, creo que era coreana, ha perdido el conocimiento y se ha caído al suelo. Los visitantes que estaban a su lado se han puesto a buscar a la vigilante de la sala, pero como estaba tan abarrotada de gente, han decidido avisar al vigilante "vecino", o sea, a mí.

Y al momento, al ver a la oriental en el suelo, he tenido que actuar lo más rápidamente posible.

-Gabinete médico, ¿me recibe?

-Te recibo.

-¿Pueden venir urgentemente a la sala 12? Hay una visitante que ha perdido el conocimiento y está tendida en el suelo. Respira.

-Vamos.

Ole, ole, ole... en menos de un minuto han aparecido mis tres jefes que estaban de servicio hoy, por si necesitaban desalojar a los demás visitantes. Y el médico y la enfermera han aparecido al minuto siguiente, con una silla de ruedas, por si era necesario trasladar a la paciente.

Sinceramente no sé muy bien qué ha pasado. Creo que ha sido una bajada de tensión y que la paciente se ha repuesto al momento.

De verdad, querido Diario, me quito el sombrero ante el personal del Museo ante estos casos, sobre todo ante el Gabinete médico, que actúan con una celeridad increíble.

Pero, bueno, son sustos que pasan de vez en cuando, por suerte, de muy tarde en tarde. Por eso tenemos que estar preparados para actuar ante cualquier imprevisto.

Y, cambiando de tema a otro más alegre, como te he dicho, querido Diario, hoy me ha tocado vigilar unas salas al lado de la de Las Meninas. Y, como no, mis salas también tenían otros cuadros de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez.

Y un cuadro que siempre me ha llamado la atención es la "Adoración de los Reyes Magos", de este pintor, ya que Velázquez tiene muy pocos cuadros de temática religiosa, pero éste tiene algo más. Y es que además de ser una escena religiosa, es un homenaje  a su recién formada familia.

Me explico... Se casó en 1618, con 19 años, y al año siguiente pintó este cuadro, haciendo un cuadro "de familia", retratándolos a todos.

La Virgen María es su esposa Juana Pacheco. El Niño Jesús no es tan "niño", sino que es una niña, su hija Francisca, que había nacido hacía poco. El rey mago Melchor, el que tiene barba blanca y pelo oscuro, es su suegro Francisco Pacheco. Y el rey Gaspar, el que no tiene barba y está situado en primer plano, es el propio Velázquez que se autorretrató.

No sé dónde, pero creo haber leído u oído que el rey Baltasar era un sirviente de la familia, pero ésto no lo puedo asegurar. Lo he estado buscando, pero no he encontrado este dato. Seguro que aparecerá cuando menos me lo espere.

Ah, si no te importa, querido Diario, como estoy convencido que hay algún que otro "cotilla" que lee este tuyo y mío diario, le pediremos que, si encuentran el dato del rey Baltasar, que nos lo diga. ¿Te parece bien? Gracias. Ya sabía que me ibas a decir que sí.

Ahí lo dejo, querido Diario.

(Fotografía del cuadro “Adoración de los Reyes Magos" -1619-, de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez).

2 comentarios:

  1. Querría hacer una puntualización sobre el rey Baltasar y un posible personaje que pudiera haber servido de modelo.
    En una conferencia pronunciada el pasado 7 de febrero de 2018, en el Museo del Prado, por parte del investigador Luis Méndez con el título "El esclavo del pintor" indicó que La mulata, o La cena de Emaús, era un cuadro juvenil de Velázquez (1617), actualmente en la National Gallery, de Dublin.
    Juan de Pareja fue esclavo de Velázquez, al que acompañó a Roma en su segundo viaje, 1649-1651. Velázquez lo pintó como práctica antes del retrato de Inocencio X.
    En el retrato de Pareja no se muestra la condición social del esclavo. Porte severo y expresión seria dominan la obra. Juan de Pareja trabajaba en las tareas auxiliares del taller de Velázquez, que le dio la libertad el 23 de noviembre de 1650, en la misma fecha que firmó el retrato.
    El padre de Velázquez tenía una esclava. El bautismo servía para “blanquear” a los esclavos.

    Espero que esta aportación pueda contribuir a descifrar quién fue el modelo de Velázquez para ese Baltasar.

    Ángel Aguado López

    https://escaparateignorado.com/2016/09/23/la-revelacion-equinoccial-de-san-juan-de-ortega/

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