Ayer tuvimos otra vez "sarao" en el Museo. Como te conté el 8 de mayo, el día anterior habíamos presentado "en sociedad" el cuadro Josefa del Águila Ceballos, luego marquesa de Espeja, que pintó Federico de Madrazo y Kuntz entre los años 1852 y 1854, y que había donado al Museo del Prado la empresaria, coleccionista y miembro del Real Patronato del Museo Alicia Koplowitz.
Pero ayer fue un acto distinto... se inauguraron salas nuevas en el Museo, nueve para ser más exacto.
Pero ayer fue un acto distinto... se inauguraron salas nuevas en el Museo, nueve para ser más exacto.
A este acto de inauguración vinieron los responsables de los tres órganos rectores del Museo, que son el Presidente del Museo Nacional del Prado, el Real Patronato y el Director del Museo.
¿Que quiénes son? Te cuento...
El Presidente del Museo es el Ministro de Cultura y Deporte, que es don José Guirao Cabrera.
También vino el Real Patronato. Bueno, no sé si vino el Patronato al completo, pues son cuarenta personas. Pero sí sé que vino en representación de él su Presidente, que es don José Pedro Pérez-Llorca.
Y, lógicamente, también estuvo el Director del Museo, que es don Miguel Falomir Faus.
Bueno, yo estaba vigilando una de las salas nuevas y por tanto no vi cómo fue exactamente el acto de inauguración y dónde. Pero te puedo contar, querido Diario, que luego hicieron la visita de rigor a las salas nuevas. Y es ahí donde les vi a los tres juntos.
¿Que qué salas son las nuevas? Pues, primeramente te tengo que decir que están situadas en la segunda planta, justamente encima de la entrada de Goya, en la parte Norte del Museo. Y están divididas en tres zonas.
Por un lado están las salas 76-79. Y por otro, las salas 80-83. Estas dos zonas están dedicadas a la Pintura Flamenca y Holandesa, ambas del siglo XVII.
Y en el centro entre esas salas, está la sala 79B, que es una galería circular... una rotonda.
Y en el centro entre esas salas, está la sala 79B, que es una galería circular... una rotonda.
Para ser más concretos, te diré, querido Diario, que en el primer grupo, la sala 76 está dedicada específicamente a la Pintura Holandesa. En ella está el único cuadro que tenemos de Rembrandt, Judit en el banquete de Holofernes (antes Artemisa), del que te hablé el 14 de marzo. Y junto a este cuadro hay otros de Salomon de Bray, Joachim Wtewael, Hendrick Jacobsz Dubbels, Matthias Stom, Philips Wouwerman, Jan Both, Leonaert Bramer, Gabriël Metsu, Pieter Steenwijck, Pieter Claesz y Willem Claesz Heda. Creo que no me he dejado ninguno, jejeje.
La sala 77 es monográfica, es decir, que solo está dedicada a un pintor, en este caso, al pintor flamenco David Teniers.
Las salas 78 y 79 también son monográficas, en este caso dedicadas al también pintor flamenco Pedro Pablo Rubens.
Y nos saltamos al segundo grupo de salas... la 80 está dedicada a Pintura Flamenca de paisajes, en los que está, si bien recuerdo, Peter Snayers, Pieter Brueghel, Sabastian Vrancx, Jan Brueghel el Viejo, Joost de Momper, Denis van Alsloot y Antoine Sallaert.
La sala 81 está dedicada a la Pintura Flamenca de escenas de animales, con cuadros de Jan Fyt, Christian Luycks, Frans Snyders y Paul de Vos.
Y la sala 82 sigue dedicada a la Pintura Flamenca pero en este caso de animales y naturalezas muertas. Los pintores de esta sala son Jan Brueghel el Viejo, Jan Brueghel el Joven, Giulio Cesare Procaccini, Hendrink van Balen, Peeter Boel, Clara Peeters, Adriaen van Utrecht y Daniel Segners.
Y la sala 83 también es monográfica, esta vez del pintor flamenco, cómo no, Jan Brueghel el Viejo.
Ya solo me falta hablarte de la sala 79B, que como te he dicho antes es una rotonda. Y en esta sala está el Tesoro del Delfín.
Y sobre este Tesoro del Delfín, cuando estaba en el sótano, en las salas 100-102, escuché preguntas curiosas. Un día, un joven preguntó a un compañero...
-¿Dónde está el Tesoro de los Delfines?
Y en otra ocasión, una joven directamente descartó el título de "Tesoro" y me preguntó...
-¿Dónde están las salas de los Delfines?
Uhm... sin comentarios. Cada vez que me acuerdo, me imagino un acuario subterráneo lleno de defines... en el Museo del Prado.
En fin, como te dije en su día, se le llamaba "Delfín" al heredero de la corona francesa. Y el Delfín que tenía este tesoro era Luis de Francia, el hijo mayor del rey Luis XIV y de la infanta española María Teresa de Austria. Pero murió joven, con veintiocho años, durante una epidemia de viruela, y no llegó a reinar. Por tanto ese conjunto de alhajas fue heredado por su hijo Felipe V, el primer rey Borbón español. Y de la Corona española ha pasado al Museo del Prado.
Esta colección está formada por un conjunto de los tradicionalmente llamados "vasos ricos", de gran variedad de lugares de procedencia y de distintas épocas. Cuenta con piezas antiguas y medievales, aunque predominan las realizadas durante los siglos XVI y XVII.
De las ciento sesenta y nueve obras que tenía este Tesoro del Delfín, han llegado hasta nosotros ciento cuarenta y cuatro... ciento veinte que estaban ya expuestas en el Museo, diez piezas más que componían un juego de café de laca, que estaba en el Museo de América, y otras catorce que formaban parte del juego de utensilios para preparar piezas de caza que estaban depositadas en el Museo Arqueológico Nacional.
¿Que por qué faltan algunas piezas? Buena pregunta, querido Diario. En un principio el Tesoro del Delfín fue saqueado en 1813, durante la invasión napoleónica, y once se "extraviaron". Y años más tarde, en 1918, desaparecieron trece piezas en un robo. Por eso no está la colección original entera.
¿Sabes, querido Diario? El Museo no se ha guardado ninguna pieza y las ciento cuarenta y cuatro que se conservan, todas, están expuestas en esta sala... más de cuarenta metros de vitrina continua, más otras sueltas por dentro de la rotonda.
Y además, se exhibe una selección de los ciento veinticuatro estuches conservados, que están ricamente decorados.
No me gusta hablar sobre el precio de las obras de arte porque creo que no es lo más importante. Pero, como cosa curiosa, te puedo decir que estas obras eran muy apreciadas, a veces por encima de otras obras de arte como pinturas o esculturas, que actualmente están mucho mejor valoradas. Es más, en el inventario realizado tras el fallecimiento del rey Felipe II, algunos vasos de cristal de roca, semejantes a los que tenemos en el Tesoro del Delfín, se tasaron muy por encima de las pinturas de Tiziano, Sánchez Coello o el Bosco, por ejemplo.
Pero, bueno, ahora me gustaría hablarte de una pieza en particular que me hipnotiza... es la Copa con sirena de oro, de autor desconocido, anónimo, realizada entre los años 1550 y 1575.
Aunque es pequeña, ya que solo mide 17,4 x 12,5 centímetros, es impresionante.
Es un vaso, que podría ser un salero, y está compuesto por una escultura de oro esmaltado con rubíes y diamantes, y dos piezas de ágata. La figura es una sirena de doble cola, con el cuerpo de oro y la cola esmaltada de azul verdoso, rojo y verde de trasflor. ¿Que qué es el trasflor? Pues es una pintura que se aplica sobre oro, plata, estaño u otros metales.
Sigo... su cabeza se cubre con un penacho de plumas esmaltadas. Y los brazos, que están abiertos, sostienen en alto un platillo de ágata con una montura de hojas esmaltadas revestida de rubíes.
Y la base es otra pieza de ágata. Y si te fijas bien, querido Diario, soportan el vaso cuatro peces esmaltados, que podrían ser delfines, con dobles colas, barbas y dientes de aspecto fiero.
Desgraciadamente le falta el delfín que la sirena tenía entre las piernas. Según se describió en su día, allá por el año 1746, este delfín era de color aperlado en cabeza y cola.
Y como ya te he hablado del valor de estas obras, ahora vas a alucinar de verdad... en total, esta Copa con sirena de oro constaba de ciento ochenta y cuatro piedras, según el inventario de 1746... ciento setenta y nueve rubíes y cinco diamantes. Hoy "solo" le quedan ciento setenta y siete rubíes y dos diamantes.
¿Cómo te quedas? Yo, impresionado.
Ahí lo dejo, querido Diario.
(Fotografía de la pieza del Tesoro del Delfín Copa con sirena de oro - 1550-1575 -, de autor anónimo, que se puede contemplar en la sala 79B).
En fin, como te dije en su día, se le llamaba "Delfín" al heredero de la corona francesa. Y el Delfín que tenía este tesoro era Luis de Francia, el hijo mayor del rey Luis XIV y de la infanta española María Teresa de Austria. Pero murió joven, con veintiocho años, durante una epidemia de viruela, y no llegó a reinar. Por tanto ese conjunto de alhajas fue heredado por su hijo Felipe V, el primer rey Borbón español. Y de la Corona española ha pasado al Museo del Prado.
Esta colección está formada por un conjunto de los tradicionalmente llamados "vasos ricos", de gran variedad de lugares de procedencia y de distintas épocas. Cuenta con piezas antiguas y medievales, aunque predominan las realizadas durante los siglos XVI y XVII.
De las ciento sesenta y nueve obras que tenía este Tesoro del Delfín, han llegado hasta nosotros ciento cuarenta y cuatro... ciento veinte que estaban ya expuestas en el Museo, diez piezas más que componían un juego de café de laca, que estaba en el Museo de América, y otras catorce que formaban parte del juego de utensilios para preparar piezas de caza que estaban depositadas en el Museo Arqueológico Nacional.
¿Que por qué faltan algunas piezas? Buena pregunta, querido Diario. En un principio el Tesoro del Delfín fue saqueado en 1813, durante la invasión napoleónica, y once se "extraviaron". Y años más tarde, en 1918, desaparecieron trece piezas en un robo. Por eso no está la colección original entera.
¿Sabes, querido Diario? El Museo no se ha guardado ninguna pieza y las ciento cuarenta y cuatro que se conservan, todas, están expuestas en esta sala... más de cuarenta metros de vitrina continua, más otras sueltas por dentro de la rotonda.
Y además, se exhibe una selección de los ciento veinticuatro estuches conservados, que están ricamente decorados.
No me gusta hablar sobre el precio de las obras de arte porque creo que no es lo más importante. Pero, como cosa curiosa, te puedo decir que estas obras eran muy apreciadas, a veces por encima de otras obras de arte como pinturas o esculturas, que actualmente están mucho mejor valoradas. Es más, en el inventario realizado tras el fallecimiento del rey Felipe II, algunos vasos de cristal de roca, semejantes a los que tenemos en el Tesoro del Delfín, se tasaron muy por encima de las pinturas de Tiziano, Sánchez Coello o el Bosco, por ejemplo.
Pero, bueno, ahora me gustaría hablarte de una pieza en particular que me hipnotiza... es la Copa con sirena de oro, de autor desconocido, anónimo, realizada entre los años 1550 y 1575.
Aunque es pequeña, ya que solo mide 17,4 x 12,5 centímetros, es impresionante.
Es un vaso, que podría ser un salero, y está compuesto por una escultura de oro esmaltado con rubíes y diamantes, y dos piezas de ágata. La figura es una sirena de doble cola, con el cuerpo de oro y la cola esmaltada de azul verdoso, rojo y verde de trasflor. ¿Que qué es el trasflor? Pues es una pintura que se aplica sobre oro, plata, estaño u otros metales.
Sigo... su cabeza se cubre con un penacho de plumas esmaltadas. Y los brazos, que están abiertos, sostienen en alto un platillo de ágata con una montura de hojas esmaltadas revestida de rubíes.
Y la base es otra pieza de ágata. Y si te fijas bien, querido Diario, soportan el vaso cuatro peces esmaltados, que podrían ser delfines, con dobles colas, barbas y dientes de aspecto fiero.
Desgraciadamente le falta el delfín que la sirena tenía entre las piernas. Según se describió en su día, allá por el año 1746, este delfín era de color aperlado en cabeza y cola.
Y como ya te he hablado del valor de estas obras, ahora vas a alucinar de verdad... en total, esta Copa con sirena de oro constaba de ciento ochenta y cuatro piedras, según el inventario de 1746... ciento setenta y nueve rubíes y cinco diamantes. Hoy "solo" le quedan ciento setenta y siete rubíes y dos diamantes.
¿Cómo te quedas? Yo, impresionado.
Ahí lo dejo, querido Diario.
(Fotografía de la pieza del Tesoro del Delfín Copa con sirena de oro - 1550-1575 -, de autor anónimo, que se puede contemplar en la sala 79B).
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