martes, 29 de mayo de 2018

Querido Diario, 29 de mayo de 2018

Querido Diario:

No sé si estoy predestinado para que me pasen todas las cosas a mí... o es que yo me las busco.

Es que hoy, a las 16:05 de la tarde, estando vigilando, han aparecido unos niños corriendo por mis salas. Al notar que eran pequeños, les he parado y preguntado...

-Hola, ¿cuántos años tenéis?

-Uhmmm... doce años.

-¿No sabéis que no podéis estar solos en el Museo?

-Es que estamos haciendo una gymkana.

-¿Y dónde están vuestros profesores?

-No lo sabemos. Nos han dicho que vayamos a las cuatro y media a la sala de Las Meninas.

-¿Y vuestros profesores no saben...?

-Sí, sí lo saben.

-No, no. Digo que si vuestros profesores no saben que los chicos menores de catorce años no pueden ir solos por el Museo.

-No lo sabemos.

Al final he llamado a mis jefes y ellos han tenido que hacer una recopilación de niños, que por cierto estaban por todo el Museo, y de profesores, que a saber dónde estaban.

Pero, bueno, para eso estamos, para que se cumplan las normas del Museo... o por lo menos que lo sepan.

Cambiando de tema, he decidido que los vigilantes tenemos que saber de todo... sobre todo de geografía, y tener delicadeza y don de gentes.

Estaba por mis salas cuando veo a un hombre de unos veinticinco a treinta años acercando su nariz demasiado cerca de un cuadro.

-¿A qué olerán los cuadros?

... siempre me lo he preguntado. Porque si no, no entiendo por qué se acercan tanto... ¿para olerlos bien?

-No se acerque tanto al cuadro.

Y era un extranjero. Yo diría que era alemán, pero no estoy seguro...

-Cuando... yo... vivo... no, vi-ví... en Barcelona... yo viví... cerca... de esta... catedral.

-No es la Sagrada Familia.

-No... en... la catedral... de Barcelona.

Hay que reconocer que primeramente, me confundí... la catedral de Barcelona no es la Sagrada Familia, sino la Santa Iglesia Catedral Basílica de la Santa Cruz y Santa Eulalia. Pero, bueno, el cuadro que estaba "oliendo" no era de la catedral de Barcelona.

-No, no es Barcelona. Es la catedral de Burgos.

-¿Ah?

Es que estaba mirando el cuadro Vista exterior de la catedral de Burgos (Antigüedades de España), que había pintado Francisco Javier Parcerisa y Boada en el año 1859.

Y en defensa del visitante he de decir que las dos catedrales se parecen un poco... no mucho, pero un poco sí.

Lo que me llamó la atención de él, y que a la vez me gustó, es que de español, lo justo y necesario, pero por lo menos se esforzó en hablarlo. Ya me imagino lo que pensarán de mí cuando yo les hablo en inglés.

Pero no acabó la historia del cuadro ahí. Media hora después, una señora también extranjera, de unos sesenta años, estaba delante del cuadro buscando algo en su bolso...

-Oh, esta me va a hacer una foto...

¡¡¡MEGGG!!! ¡ERROR!!! Pues no... seré bocazas.

Bueno, me acerqué a ella y sacó una moneda de cinco céntimos. Como yo estaba muy cerca, se giró hacia mí y sin decir nada, señaló la moneda y luego al cuadro. He de reconocer que las monedas pequeñas no me gustan, porque las pierdo con mucha facilidad y además abultan mucho en el bolsillo... bueno, cuando hay muchas, claro.

En fin, que no caí en qué había en esa moneda. Se la pedí y la miré...

-No. Esta catedral es la de Santiago de Compostela. Y la del cuadro es la de Burgos.

-Ah, Santiago. Bonita ciudad. ¿No es la misma?

-No, la catedral del cuadro es la de Burgos.

-Ah, gracias.

Y le devolví la moneda, claro, jejeje.

Y sobre el cuadro, ¿qué te puedo contar, querido Diario? Pues que el romanticismo del siglo XIX quiso revalorizar los monumentos de la geografía española. Y este es un buen ejemplo.

En los inicios de su carrera artística, el pintor Francisco Javier Parcerisa se dedicó a crear una colección litógráfica que reproducía monumentos españoles ordenados por provincias. Los llamaba Recuerdos y bellezas de España.

¿Que qué es una litografía? A ver cómo te lo explico... la litografía es una técnica de impresión que consiste en trazar un dibujo en una piedra calcárea o en una plancha metálica y sirve para conseguir duplicados de obras de arte.

Por lo que yo sé, se utiliza una piedra caliza o una plancha de metal pulimentada sobre la que se dibuja lo que se quiere imprimir, pero de forma invertida. Se dibuja con una materia grasa, ya que este material y el agua son incompatibles. Y una vez que la piedra o la plancha está humedecida, la tinta de impresión solo se queda retenida en las zonas que se han dibujado previamente.

Y volviendo al cuadro, a partir de 1850 Parcerisa se dedicó a pintar una serie de lienzos sobre el mismo tema, que llamó Antigüedades de España. Y uno de los más importantes es este cuadro de la fachada principal de la catedral de Burgos, un bello ejemplo del gótico español.

Presentó el cuadro en la Exposición Nacional de Bellas Artes en el año 1860 y fue premiado con una tercera medalla.

¿Sabes, querido Diario? Por curiosidad me metí en Google Maps y busqué la catedral de Burgos. No sé si sabes que en esa página web hay una opción que se llama Imágenes de Street View, y consiste en ponerte en un punto determinado del mapa y ver como si estuvieras allí, más o menos.

Pues me he puesto en el punto exacto desde donde está pintado el cuadro... y hay muy pocas diferencias. Bueno, excepto los siete burgaleses del siglo XIX, el asno y el cántaro.

Ahí lo dejo, querido Diario.

(Fotografía del cuadro Vista exterior de la catedral de Burgos (Antigüedades de España) - 1859 -, de Francisco Javier Parcerisa y Boada, que se puede contemplar en la sala 63B).

1 comentario: