Querido Diario:
Debe ser que este mes he cogido un bono especial de vigilante de Goya, ya que hoy también me ha tocado vigilar las salas de Goya. Y ni más ni menos que doce salas. Venga, sí, no de golpe, que era Relevo, pero han sido doce... ¡¡¡Con lo que me gusta este pintor!!!
Vale, es cierto que no me gusta Goya, pero de vez en cuando tengo que ironizar un poco, que no me quiero desesperar.
Y, la verdad, no tengo nada curioso que contarte hoy, querido Diario. Bueno, sí. Que me he acordado de la primera vez que fui a estas salas y me planté delante del cuadro La pradera de San Isidro, que pintó Goya allá por el año 1788. Impresionante... es un cuadro genial, pero una "birria".
A ver, déjame que me explique... ¿Cuánto crees que mide este cuadro?
Pues no. Es más pequeño. La verdad es que yo, cuando lo veía en fotografía, en los libros de arte, pensaba que sería inmenso, de dos o tres metros de largo. Pues no, es una "ridiculez" de cuadro... referente al tamaño, se entiende. Mide solamente 90,8 x 41,9 centímetros... menos de un metro de largo. Es de los pocos cuadros de Goya que me gustan, pero hay que reconocer que me decepcionó un poco... no... un mucho en lo referente al tamaño.
Pero, en fin, todo tiene su explicación. Ya te conté el 27 de diciembre de 2017 que en 1787 Goya recibió el encargo de pintar cinco cartones para decorar el dormitorio de las Infantas, las hijas del futuro Carlos IV y María Luisa de Parma, en el Palacio de El Pardo en Madrid.
Pero con la muerte del rey Carlos III en diciembre del año siguiente se interrumpió el proyecto, ya que su sucesor, Carlos IV, prefirió acudir a otros Sitios Reales, como el Palacio de La Granja, el Palacio de Aranjuez o El Escorial. Y por tanto, la decoración del Palacio de El Pardo no entraba dentro de sus preferencias.
Por eso, cuando se paralizó el proyecto, Goya había pintado los cinco bocetos pero solo un cartón, el de La gallina ciega. Y el Museo del Prado tiene tres de los cinco bocetos. Y uno de ellos es nuestro cuadro La pradera de San Isidro. Es decir, que nuestro maravilloso cuadro, y esta vez lo de "maravilloso" lo digo de corazón, es un boceto. Por tanto es lógico que tenga ese tamaño tan pequeño... porque tendría que existir otro cuadro, un cartón, mucho más grande. Pero nos quedaremos con las ganas, porque me da la impresión que Goya ya no lo va a pintar.
Sobre el cuadro tengo que decirte, querido Diario, que se ve la Pradera de San Isidro, esa zona de Madrid que está situada entre la ermita de San Isidro y el río Manzanares. Y se aprecia perfectamente la ciudad al fondo.
Y es muy curioso, ya que se reconocen dos monumentos principales de la villa... el Palacio Real, que está en el centro, tirando un poco a la izquierda, y la gran cúpula de la iglesia de San Francisco el Grande, que también está en el centro, pero esta vez tirando a la derecha.
Y además se ve a la gente que está disfrutando de un día en el prado, durante la fiesta de San Isidro Labrador, el patrono de Madrid, que se celebra el día 15 de mayo.
Ahí lo dejo, querido Diario.
(Fotografía del cuadro La pradera de San Isidro - 1788 -, de Francisco de Goya y Lucientes, que se puede contemplar en la sala 94).
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