Querido Diario:
Nunca he entendido por qué la gente se empeña en ser "trabajadores" nuestros. Y encima, eso lo llevo muy mal. Te lo explico...
En una de las salas que me tocó vigilar ayer estaban sentadas en uno de los bancos centrales que hay para que descanses los visitantes, un par de señoras de unos sesenta y cinco años cada una. Una tenía una muleta y otra un bastón. Esto de la muleta y del bastón es intrascendente en la historia, pero me llamó la atención y por eso te lo comento. Y una me dijo...
-Jefe, que si se sale por aquí.
... señalándome a una dirección. Yo, lo de "jefe", lo llevo muy mal, lo reconozco. Es más, lo odio. Sé que no me tendría que preocupar, que me tendría que resbalar, pero no puedo con ello. Soy así. Pero hice como si me hubiesen llamado "queridísimo y bien ponderado señor vigilante" y les contesté...
-No, señoras. La salida está en la otra dirección. Nada más salir de esta sala, giren a la izquierda y al final del pasillo está la salida.
-Vale.
-Uhm... De nada.
Bueno, esto último lo pensé. Lógicamente, no lo dije en alto. No fuese que se diesen por aludidas y que después me dieran las gracias. Ni mucho menos. Faltaría más.
Pero, eso sí, me encanta ayudar a los orientales. Por lo menos no me llaman "jefe" y siempre se despiden rompiéndose el espinazo al inclinarse hacia delante...
-"Gacha-a".
-De nada.
Esto sí que lo digo en voz alta, he incluso me inclino yo también. Es que hay que ser agradecido siempre... creo. Por lo menos, así me educaron mis padres.
Bueno, cambiando de tema, ayer me "pillaron" en un renuncio...
Estaba vigilando en las salas de Rafael Sanzio, también conocido por Rafael de Urbino, aunque en el Museo se le conoce por Rafael, así, a secas. Y una señora que estaba mirando un cuadro me preguntó...
-Este es una copia. Pero, ¿dónde está el original de Rafael?
-Pues, la verdad... no lo sé. No tengo ni idea.
Es que estaba viendo el cuadro de la Transfiguración del Señor, pintado por Giovanni Francesco Penni entre los años 1520 y 1528, sobre una copia de un cuadro de Rafael. Entonces, lísto yo, me acerqué a la cartela, le eché un ojo con disimulo y...
-Uhm... está en la Catedral de Narbona.
-Ah, gracias.
Y luego, buscando en internet... ¡¡¡Megggg!!! ¡¡¡Error!!! ¡¡¡Horror!!! ¡¡¡No acerté!!!... actualmente está en los Museos Vaticanos. Me gustaría decir que el error fue de la persona que escribió la cartela, pero no es cierto. En ella ponía...
"La obra original fue encargada en 1516 por el cardenal Giulio de Medici para la catedral de Narbona...".
Solo ponía para dónde estaba encargada. No decía nada dónde estaba actualmente. Por tanto el error fue mio, por "listillo".
Pues sí, querido Diario. La obra original fue encargada a Rafael por el cardenal Giulio de Medici, futuro papa Clemente VII, en 1516 para la Catedral de San Justo de Narbona, en Francia. La obra no fue enviada a Francia, ya que tras la muerte prematura de Rafael, en 1520, el cardenal se quedó con ella, regalándola más tarde a la iglesia de San Pietro in Montorio (San Pedro en el Monte de oro), de Roma.
En 1797, a raíz del Tratado de Tolentino, esta obra de Rafael fue llevada a París y devuelta en 1816, tras la caída de Napoleón. Fue entonces cuando entró a formar parte de la Pinacoteca del papa Pío VII. Por eso, a día de hoy se encuentra en los Museos Vaticanos.
Y tras la muerte de Rafael, el cardenal encargó una copia de este cuadro a Giovanni Francesco Penni, quien la llevó a Nápoles. Y que actualmente es la que contemplamos en nuestro Museo.
¿Sabes, querido Diario? Giovanni Francesco Penni ejerció las funciones de secretario de Rafael, por eso tiene el sobrenombre de il fattorino di Raffaelo (el ayudante de Rafael).
Sobre el cuadro, te tengo que decir, querido Diario, que se describen dos episodios del Evangelio de San Mateo, que están escritos uno detrás del otro, y que en este cuadro da la impresión que es una misma escena... pero no.
Por una lado está arriba la Transfiguración, con el Cristo en Gloria entre los profetas Moisés y Elías.
Y abajo, en primer plano, se ve el encuentro de los apóstoles con el niño endemoniado, que sería curado milagrosamente por Cristo tras su regreso del Monte Tabor.
También te tengo que decir que esta copia tiene algunas diferencias con el original. Por ejemplo, Cristo, Moisés y Elías aparecen rodeados en una aureola que el original no tiene. Además, Penni hizo desaparecer los árboles del paisaje del fondo. Aparte, Rafael utilizaba mucho el claroscuro, y Giovanni Francesco Penni lo atenuó un poco... bueno, para mi gusto, un mucho.
Ahí lo dejo, querido Diario.
(Fotografía de los cuadros Transfiguración del Señor - 1516-1520 -, de Rafael Sanzio, que está en los Museos Vaticanos, y Transfiguración del Señor - 1520-1528 -, de Giovanni Francesco Penni que se puede contemplar en la sala 49 del Museo Nacional del Prado).
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