miércoles, 17 de enero de 2018

Querido Diario, 17 de enero de 2018

Querido Diario:

Ayer llegué muy cansado a casa y no tuve fuerzas para ponerme delante del ordenador a escribirte. Por eso lo hago ahora, aunque hoy no trabaje.

Y es que ayer fue un día muy insulso. Hubo muy poca gente y poco que contar. Como algo curioso, simplemente te puedo decir que media hora antes de empezar a desalojar el Museo, se sentaron una familia de coreanos en una de mis salas. Eso, sí, era una familia muy peculiar... La niña, de unos tres añitos, estaba sentada en una sillita de paseo, con un iPad viendo unos dibujos animados de unos animalitos. El padre, con su móvil, jugando a crear una granja o un pueblo, no lo sé bien. Es que no controlo esos juegos. Y la madre, empezó viendo un plano del Museo, hasta que se lo aprendió, digo yo. Luego se puso a ver cómo jugaba su marido hasta que, casi al final, sacó del bolso su móvil y se puso a jugar al mismo juego que su marido. Y los tres sin hablar entre ellos. Hasta que los tuve que informar que el Museo estaba cerrado y que tenían que desalojar la sala.

Ya ves, querido Diario, media hora, en el Museo del Prado, perdida jugando con el móvil y no disfrutando del arte. Como siempre digo, hay gente "pá" tó".

Bueno, no todo fue aburrimiento. Al principio me pegué un susto de los grandes. Te cuento... unas de las funciones del vigilante de sala es, tanto al entrar a trabajar como al terminar la jornada, realizar el control numérico de las obras de arte de cada sala que tenemos asignadas y examinarlas para confirmar que están en correcto estado. Y si vemos algún defecto o alguna anomalía se lo tenemos que comunicar a nuestros jefes.

Y yo, cuando estaba haciendo la "requisa" de entrada... ¡Ah! Requisa es como llamamos a ese control y examen de las obras de arte.

A lo que iba... cuando estaba haciendo la requisa de entrada, llego al cuadro Venus curando a Eneas, que pintó el francés Merry-Joseph Blondel entre los años 1805 y 1810, y... ¡¡¡Horror!!! En la pierna de Eneas hay un arañazo.

-¿La pierna de Eneas?

Pues sí, querido Diario. El cuadro describe un pasaje de La Eneida, de Virgilio... Eneas fue gravemente herido durante su lucha contra Turno y recibió en secreto la visita de su madre, Venus, para sanarle. Mientras el héroe era atendido por el anciano Yápige, la diosa, que estaba escondida entre oscuras nubes para no ser descubierta, le curó. Tras la intervención divina, el héroe dió muerte a su enemigo, Turno. Así terminó esta epopeya narrada en La Eneida.

Y siguiendo con mi historia en el Museo...

-Un arañazo. ¡¡¡No puede ser!!!

Y yo mirando, remirando, agachándome para ver si ese arañazo estaba por debajo del barniz, y eso significaría que ya estaba restaurado de esa manera,... y nada. Yo pensando que tendría que decírselo a mis jefes para que lo mirasen. Y si verdaderamente estaba rayado, que dieran aviso al Departamento de Restauración para que lo arreglasen.

Pues en mi descanso me acerco al despacho de nuestros jefes y se lo digo al Encargado General de los vigilantes, que es el jefe superior de nuestros jefes. Me tranquiliza y me dice que luego irá a verlo.

Pues ya estando otra vez en mi sala, llega el Encargado, en este caso era Encargada, se lo muestro, y empezamos a analizar el arañazo.

-Pues sí, parece un arañazo.

Y le saca una fotografía para luego estudiarlo bien ante el ordenador, mirando la base de datos. En estas que le comento...

-La verdad es que lo miro todos los días y no me he dado cuenta si estaba ese arañazo o no. Me llama la atención que aquí, en la tela roja, hay unas marcas de pintura como si se hubiese corrido la pintura que representa el agua. Pero, si este arañazo es un trazo de de pintura, no tiene sentido.

En ese momento la Encargada se me quedó mirando y dijo...

-¿Cómo que no tiene sentido? Ya lo he descubierto. No es un arañazo, sino una pincelada. Es el borde del agua. Si te fijas bien, Eneas está herido sobre una capa que está en un riachuelo. La capa está medio sumergida en el agua. El pintor... ¿cómo se llama?... Merry-Joseph Blondel ha representado el borde del agua con las líneas que me has comentado. Y lo de la pierna es también el borde del agua. Tiene la pierna medio hundida en el agua.

¡¡¡Caso resuelto!!!

Y es verdad, querido Diario. Cuando ya cerramos el Museo, mientras esperaba a mis jefes para entregarles el parte del día, después de hacer la última requisa, me puse a analizar este cuadro.

Le tuve que mirar muchas veces hasta que vi que en la parte de arriba del tobillo se ve la curva del agua que le hace en la pierna. Lo tuve que mirar desde la derecha, casi paralelo al cuadro para ver perfectamente el agua en la pierna.

Y es más, los dos dedos "pulgares" de los pies están de otro color, más oscuros... porque están fuera del agua.

Que susto me dio, pero, por suerte, solo fue un susto y no pasó a más.

¡Ah! Antes que se me olvide... ¿Sabes, querido Diario, que en el Titanic, ese barco que se hundió al chocar con un iceberg en la madrugada del 14 al 15 de abril de 1912, había un cuadro de nuestro pintor Merry-Joseph Blondel y que, lógicamente, nunca se recuperó? Pues sí, se titulaba La Circassienne au Bain, que también era conocido como La Bañista. El empresario sueco Björnström-Steffansson consiguió escapar con vida de esa tragedia, pero no pudo salvar su valioso cuadro.

Ahí lo dejo, querido Diario.

(Fotografía del cuadro Venus curando a Enea - 1805-1810 -, de Merry-Joseph Blondel, que se puede contemplar en la sala 75).

5 comentarios:

  1. Leído, imagino que el autor del artículo tiene una vista de lince y no sólo eso, no se deja arrastrar por la comodidad y se esmera en que su amado museo no sufra deterioro alguno.

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    1. Gracias, Angels. La verdad es que no tengo mérito alguno. Simplemente es nuestro trabajo. Todos los días tenemos que comprobar si los cuadros tienen arañazos o desperfectos. Es es tener una vista de lince, sino práctica. Aun así, repito, gracias.

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  2. Con un poco de retraso , pero aquí me tienes cotilleando tú fantástico diario ... muy interesante , y buen trabajo

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  3. Qué bien, poderte leer de nuevo por aquí. como siempre muy entretenido e interesante. gracias, Juan.

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