Querido Diario:
Por fin he cambiado de salas... y he visto a mucha gente. ¡¡¡BIEEEENNNN!!! Y he descubierto que... existen grupos que visitan el Museo. ¡¡¡Alucinante!!!
¡¡¡No me lo podía creer!!! Si hasta casi lloro de la emoción, jejeje.
Pues hoy me ha tocado vigilar algunas salas del arte del siglo XIX: cuadros de Joaquín Sorolla y Aurelio de Beruete, pinturas de historia, de naturalismo y del paisaje realista.
Y el cuadro que más éxito tiene en estas salas es el Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga, pintado por Antonio Gisbert Pérez, allá por el año del Señor de 1888.
Y es el cuadro que más éxito tiene en todos los aspectos... es el único que ha recibido un flashazo por parte de una visitante.
-Por favor, no se puede hacer fotos y menos con flash.
-In English.
-Si me va a entender en español... NO FOTO.
Luego me ha dado pena y he seguido en mi inglés de mal bachiller.
-It is forbidden to take photos in all the museum (Está prohibido hacer fotos en todo el museo).
No sé si se dice así, pero lo he dicho de esa manera. Creo que sería mejor decir "... throughout the museum" (... en todo el museo), pero no lo tengo muy claro. Pero está claro que lo ha entendido a mi manera, porque rápidamente ha apagado la cámara y se la ha colgado en bandolera con la cámara en la espalda.
También es el cuadro que más éxito tiene en todos los aspectos... es el único que casi tocan. Era una pareja de jóvenes, él y ella. Y ha faltado un centímetro para que la buena moza clavara su uña en el cuadro.
-Por favor, aléjese del cuadro.
-Excuse me.
Sí, sí, le perdono a él, pero ella ni se ha inmutado. Y ha seguido hacia delante, sin ni siquiera mirarme. En fin, ese es el pan nuestro de cada día.
También es el cuadro que más éxito tiene en todos los aspectos... porque han seguido haciendo fotos, ¿o era otra cosa?
-Por favor, no se puede hacer fotos.
-Si es un vídeo.
-Pues tampoco se puede grabar vídeos.
Dime, querido Diario, ¿cómo puedo explicar a una joven de unos dieciocho años, en la flor de la vida, que si en un museo no se pueden hacer fotos, tampoco se puede grabar? Pues ella no sé si lo entendió pero me puso cara de asco. Eso sí, apagó el móvil, que era lo importante.
En fin. Este es el cuadro que más éxito tiene en todos los aspectos... y seguro que es por su tamaño. Querido Diario, ¿de qué tamaño crees que es? Pues debe ser uno de los más grandes que tiene el Museo. Es más, yo diría que es el segundo más grande. Mide 6,01 x 3,90 metros. Colosal, grandioso en todos los aspectos, sobre todo en tamaño,...
¿Quieres que te cuente algo del cuadro?
Primero tengo que empezar contándote algo de la historia. Y es que José María Torrijos fue Capitán General de Valencia, Mariscal de campo y Ministro de la Guerra durante el Trienio Liberal, pero tuvo que exiliarse a Inglaterra en 1823 tras la reinstauración del absolutismo del rey Fernando VII. También hizo varios intentos desde su exilio en Inglaterra de sublevarse contra el monarca, pero sin éxito.
En 1831 fue embaucado por el gobernador Vicente González Moreno para que volviera de su exilio a España, ya que le había asegurado el triunfo de la rebelión si embarcaba desde Gibraltar hacia Málaga acompañado de unos sesenta hombres de su máxima confianza, a los que se sumarían las tropas de la ciudad.
Y el barco en el que se dirigía a Málaga fue atacado, viéndose obligados los rebeldes a desembarcar en Fuengirola en la madrugada del 30 de noviembre al 1 de diciembre de 1831.
Fueron apresados y fusilados en la playa de San Andrés de Málaga el día 11 de diciembre de ese mismo año "por el delito de alta traición y conspiración contra los sagrados derechos de la soberanía de Su Majestad".
Este cuadro del Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga fue encargado al pintor Antonio Gisbert Perez por el gobierno liberal de Praxedes Mateo Sagasta en 1886, para exhibirlo en el Museo del Prado como alegato contra el absolutismo y como ejemplo de la defensa de las libertades.
Gisbert tardó dos años en hacer la obra. Para poder documentarse, viajó a Málaga, al lugar de los hechos, y se entrevistó con los descendientes de los ajusticiados. Incluso habló con el sacerdote que los confesó. Y todo esto para pintar sus fisonomías lo más precisas y lo más parecidas posible. Así consiguió hacer una galería de reacciones de los hombres ante su inminente muerte.
El personaje principal es José María Torrijos y está situado casi en el centro del cuadro aferrándose a las manos de dos de sus seguidores. A su izquierda se encuentra Francisco Fernández Golfín, que es el personaje al que dos frailes están colocando un vendaje en los ojos. Y a su derecha está Manuel Flores Calderón. A su vez, a la derecha de Manuel Flores, se encuentran Juan López-Pinto y Berizo, Robert Boyd y Francisco de Borja Pardio.
Este cuadro llama mucho la atención por su encuadre, sobre todo por el primer plano en el que se recortan los cuerpos de los abatidos, ya que permite que el espectador, en este caso el visitante, se convierta en testigo de la escena.
Ah, Antonio Gisbert Pérez lo firmó con "A. Gisbert" en la parte inferior derecha del cuadro.
Ahí lo dejo, querido Diario.
(Fotografía del cuadro Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga - 1888 -, de Antonio Gisbert Pérez).
Excelente nota, Vigilante
ResponderEliminarNo sabes el coraje que me da ver cómo los visitantes se hacen los tontos como si no se hubieran enterado. Y veros a vosotros tener que estar continuamente diciendo lo mismo.
En mis visitas, que suelen durar un par de horas, al menos cinco o seis veces os escucho decir la frase, fotos no.
Si de mí dependiera les pondría directamente de patitas en la calle. Alguna vez, no he podido remediarlo, y yo mismo les he regañado, o he ido a chivarme, a uno de vosotros.
Y siempre me pregunto: ¿no se podría prohibir a los visitantes llevar una cámara sin funda y colgada del cuello?
Bueno, gran trabajo
Perdona, José, por no haberte contestado antes.
EliminarEs cierto que mucha gente se hace el tonto con el tema de las fotografías, pero lo tenemos asumido. Ahí es cuando entro a jugar con ellos, a perseguirles, jejeje.
No podemos prohibir a los visitantes que lleven las cámaras sin funda o colgadas al cuello, entre otras cosas porque no serviría para nada. Existen los móviles. Y muchos, con cámaras al cuello las hacen con el móvil.
Pero, bueno, es un trabajo "divertido".
Un abrazo.