domingo, 19 de noviembre de 2017

Querido Diario, 19 de noviembre de 2017

Querido Diario:

Llevo varios días sin escribirte, pero es que llego a casa muy cansado y me cuesta ponerme a escribir. Pero de hoy no pasa porque hoy hemos tenido... ¡¡¡FIEEEESSSSTTTTAAAA!!!

Hoy era el "cumpleaños" del Museo del Prado. Se inauguró el 19 de noviembre de 1819, por tanto hoy ha cumplido 198 añitos. Y, lo mejor, para celebrarlo qué mejor que hacer que el día sea... de entrada gratuita todo el día. Y, como no, me ha tocado... la sala 12, la de las Meninas.

Lleno a tope desde el segundo minuto de abrir el Museo. ¡¡¡Qué alegría!!!

Hoy, y no te exagero, querido Diario, habré dicho más de cien veces que no se podían hacer fotos.

-No se puede hacer fotos, por favor.
-¡Ah! ¿Aquí tampoco puedo?
-Pues va a ser que "aquí tampoco".

Y a alguna persona se lo he tenido que decir hasta dos y tres veces.

-No se puede hacer fotos, por favor. Y ya es la segunda vez que se lo digo.
-Es que siempre me pillas.
-Gracias. Eso significa que hago bien mi trabajo.

Y he tenido que frenar muchos selfies.

-No se puede hacer fotos, por favor.
-Si es una foto a mí.
-Exacto, es una foto, aunque sea a usted.

Y una pareja femenina, haciendo una fotografía con un muñeco en primer plano y Las Meninas de fondo. Debe ser de estos "muñecos viajeros". Seguro que vemos esa foto en Facebook o Instagram... "El muñeco que viajó al Prado".

Y es que, cuando hay dos personas juntas y me miran a la vez... malo. Fotografía segura, bueno, o intento de fotografía.

Eso sí, no todo ha es malo. Lo que no está pagado es ver las caras de ilusión, de alegría, que ponen algunos visitantes cuando ven el cuadro original de Las Meninas delante de sus narices, sobre todo cuando son niños. No te puedes ni imaginas, querido Diario, lo contento que se ponen.. y nerviosos. Hoy a un niño de unos 6 años le ha tenido que parar su madre porque se lanzaba hacia el cuadro, de la emoción. Es que seguro que lo ha "estudiado" en el cole y no es lo mismo ver una fotografía que el cuadro original.

Hoy una mujer hispanoamericana se acerca a mí y me dice...

-¿Puedo hacer una panorámica de la sala desde la entrada?
-Lo siento, pero está prohibido hacer fotografías.
-Es que estoy emocionada. Es para que la gente se crea que he estado aquí, delante del cuadro.

Y es curioso, o la gente se emociona, o no lo conoce. Estando en la misma sala 12, un señor me pregunta...

-¿Dónde está la sala de Las Meninas?
-Es ese cuadro.
-¿Es ese cuadro?

Y una pareja...

-Parece que este cuadro es el más solicitado... Perdone, ¿cómo se llama este cuadro?

Sin comentarios.

Pero no todo lo malo han sido las fotos. Una mujer se ha puesto a echarse crema en las manos delante de Las Meninas. Y cuando le he dicho que se apartara, me ha mirado con cara de decir.

-¿Qué me está contando este hombre?

Y se lo he tenido que explicar...

-Si al frotarse las manos sale disparada algo de crema y va al cuadro, ¿qué hacemos?

Es que, sinceramente, hay mucha gente inconsciente, sin saber en dónde está. Imagínate, querido Diario, que tiene el bote de crema en las últimas, y cuando lo aprieta para que salga, hace una pedorreta y sale la crema a borbotones. Salpicaría al cuadro. Y si por lo menos se frotara suave, vale. Pero esta mujer se frotaba las manos a conciencia.

Pero no he tenido experiencias solo con Las Meninas. En el centro de la sala hay una escultura de bronce, con una persona desnuda tumbada boca abajo sobre una especie de cama. Pues por lo menos hoy he tenido que decir unas cinco o seis veces que no se podía tocar la escultura. Y lo curioso es que todos, todos, todos tocan la almohada. Debe ser que es para comprobar que está dura y que es toda de bronce.

Bueno, no ha pasado hoy, sino hace unos dos veranos. Un turista le dio una palmada con todas sus fuerzas en el culo y sonó un clongggggg que se oyó por toda la planta del Museo.

¡Ah! Es verdad, querido Diario, que no te lo he dicho. La escultura se llama Hermafrodito y la hizo en bronce Matteo Bonuccelli, en 1651.

El tema de Hermafrodito viene de un mito helenístico de origen oriental que habla de un joven, hijo de Hermes y Afrodita. Siendo un hermoso joven se encontraba bañándose en un lago donde vivía Salmacis, una de las ninfas de Diana, cuando ésta se enamoró locamente de él a primera vista, abrazándole con tal pasión que sus cuerpos quedaron convertidos en uno.

Por eso, si lo miras por un lado, por detrás, verás el cuerpo de una mujer. Pero si le miras por el otro lado... sorpresa.

Ahí lo dejo, querido Diario.

(Fotografía de la escultura Hermafrodito - 1652 -, de Matteo Bonuccelli, que se puede contemplar en la sala 12).

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchas gracias, Maludebr, por ser una "cotilla" de mi Diario, por leerlo y por dar tu opinión. Intentaré no defraudar.

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