lunes, 23 de octubre de 2017

Querido Diario, 23 de octubre de 2017

Querido Diario:

Hoy no he empezado bien la jornada laboral. Nada más empezar, ha aparecido en mi sala un padre con una niña "a hombros". Y cuando le he dicho que no podía llevar así a la niña, me ha perdonado la vida por momentos.

La verdad es que no entiendo por qué la gente se mosquea cuando un vigilante de sala les dice que no están cumpliendo bien las normas del museo. Se creerán que nos las inventamos al momento. Se creerán que disfrutamos "regañando" al personal. Pues no, querido Diario.

Nuestra misión principal es garantizar la seguridad de las obras de arte expuestas. Eso lo tengo muy claro. Y nuestra misión es, sobre todo, prevenir. Y si vemos que alguien, por su actitud, puede dañar alguna obra, se lo tendremos que decir. Y el llevar a un niño a hombros es peligroso. ¿Por qué? Te preguntarás, querido Diario. Pues porque un niño dentro del museo tiene que estas siempre bajo el control de un adulto. Y estando en los hombros, no se puede controlar las manos del niño. Imagínate que el adulto que lleva al niño así se quiere acercar un poco al cuadro, para verlo mejor. Pues puede que el niño se sienta inseguro ante esa inclinación y su reacción inmediata sería poner las manos delante, para no caerse. Eso sería la reacción normal del niño, cosa lógica. Pues entonces pondría la mano en todo el cuadro, pudiéndolo dañar. Entonces, ¿de quién sería la culpa si se daña un cuadro? ¿Del niño, del padre? No, sería ante todo del vigilante de sala que no ha cumplido bien su misión, al no prever que eso podía suceder.

Pues eso de no poder llevar a un niño a hombros no lo entiende la gente. Es más, muchos compañeros tampoco lo entienden, cosa que me preocupa más.

Y la cosa tiene muchas soluciones: si es un niño pequeño, el museo tiene sillas de paseo para prestar sin ningún problema. Y si el niño es algo mayorcito, como en el caso de hoy, que la niña tendría siete u ocho años, lo que tenemos que hacer es animar al adulto a que descansen en los bancos que tiene el museo repartidos por las salas, e incluso podemos ofrecer nuestras sillas para que descanse el niño mientras el adulto ve la sala.

Que esa es otra, querido Diario. Tenemos unas sillas para poder descansar nosotros cuando hay poca gente o cuando estemos realmente muy cansados. La verdad es que yo casi nunca me siento. Como mucho, treinta segundos... porque es la ley de Murphy. Estás súper cansado, todo está en orden, no hay casi gente, nadie te pregunta nada,... decides sentarte y, matemático, a los treinta segundos alguien te pregunta y, lógicamente te pones de pie para responder. Y ya que estás de pie, ya no te vuelves a sentar. O decides sentarte y a los treinta segundos ves al "fotógrafo" de turno. Te levantas para informarle que no se puede hacer fotografías en el museo, y ya que estás de pie, ya no te vuelves a sentar.  O decides sentarte y a los treinta segundos alguien se pone a leer la cartela que está a tu lado, te sientes pequeño, y te levantas.

Hay gente que te pide con educación poder sentarse en tu silla. Y yo, lógicamente, les dejo sin ningún problema. Están un par de minutitos, y se levantan. Eso sí, luego está el personaje que se, sin permiso ni nada y sin ningún miramiento, se espanzurra en la silla y se pasa una hora whatsappeando. Ole, ni niño, y yo con los pies reventados y sin poder sentarme. Eso sí, diles algo, que luego te pueden poner una reclamación.

En fin, le dije con una cara de "lo siento yo más que usted" que no podía llevar a la niña en los hombros, me perdonó la vida, la cogió en brazos y se fue... con ocho años de niña.

Pero, bueno, no todo son penas, querido Diario. Hoy he estado vigilando, entre otras, la sala de mi pintor preferido. Que quién es. Pues ni más ni menos que Fray Juan Bautista Maíno... sin desmerecer a Velázquez, Murillo, el Greco, Goya,... Bueno, Goya no, que no me gusta nada. Para gustos, los colores y los cuadros, jejeje.

Me he pasado un ratito, mientras no había gente, observando uno de mis preferidos: "La Adoración de los Reyes Magos". Me encanta. Simplemente viendo el dibujo, la limpieza del trazo, ya me enamora. Y si ves al Niño Jesús, encogiendo el pie izquierdo porque Melchor le está haciendo cosquillas con la barba, levantando el dedo índice de la mano izquierda, diciendo "yo soy", con la mano derecha bendiciendo... para comérselo.

Y si analizas el cuadro, no tiene desperdicio. Arriba, la estrella de ocho puntas, que simboliza la eternidad. Desde el Cielo, desde la Eternidad, Dios Padre nos alumbra para ver dónde está su Hijo. También vemos la hiedra con sus ramas acercándose al Niño, símbolo también de la eternidad, señalando que Él es eterno. San José, que participa en el acontecimiento, señalando donde se halla el Niño. Los tres magos de Oriente, simbolizando las tres culturas que se conocían en esa época, diciendo que Jesús vino para todo el mundo, no solo para los judíos, sino también para los "gentiles".

Y según dicen los expertos, el paje que está detrás de rey Baltasar, el que tiene un sombrero con una pluma y que está señalando también al Niño, podría ser un autorretrato del propio Fray Juan Bautista Maíno.

¿Qué, querido Diario? ¿Te gusta Maíno? Y a ti, ¿qué pintor te gusta más? ¿Me dejas, querido Diario, que los "cotillas" que leen este diario, que es solo tuyo y mío, digan qué pintor es su preferido? Gracias por el sí.

Y ahí lo dejo, querido Diario.

(Fotografía del cuadro "La Adoración de los Reyes Magos" - 1612-1614 -, de Fray Juan Bautista Maíno).

6 comentarios:

  1. Interesante texto. Gracias por compartir.

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  2. Me encanta ese cuadro. Y el paje no sé si sería el propio Maíno, pero siempre me ha parecido una premonición del Bob Dylan de mediados de los 70: https://flashbak.com/wp-content/uploads/2016/02/15-hat-and-scarf-portrait-664x1024.jpg

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    1. Hola, Javi. Sí, creo recordar haber leído que el paje podría ser un autorretrato de Maíno. Si el paje cantase seguro que haría "versiones musicales" de Bob Dylan... o al revés.
      A ver si nos vemos por el Museo.
      Un abrazo, compañero... y cotilla. ;-)

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    2. Me encanta todo lo que escribes y como lo escribes ! matizando entre las labores del trabajo, tus funciones, y como se va dando el dia a dia y los detalles p que luego lo podamos ver y reconocer todos esos detalles en los cuadros q ya no seran los mismos !
      Gracias !

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    3. Gracias a ti, querida "cotilla" Andrea, por leer mi Diario. Me alegra que te encante.

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